Pichilemunews.cl saluda a su director y personal de El Rancagüino, en su nuevo aniversario que, como ellos lo expresan, están viviendo situaciones especiales como en todos los ámbitos del acontecer diario, cumpliendo con su deber, pero a la vez con las restricciones impuestas por las autoridades, para superar de la mejor forma la pandemia que azota a todo el mundo.

Y, junto con saludar a su director, Alejandro González Pino, recordamos a su padre don Héctor González Valenzuela, a quien conocimos en Pichilemu, como a su señora madre, en sus vacaciones anuales en el ex Hotel Ross, donde solían pernoctar, frente al parque de palmeras y cerca de la playa principal.
En uno de esos veranos, presentados por el administrador de ese establecimiento, don Jaime Parra Gajardo, nuestro amigo ya desaparecido, don Héctor y esposa nos invitó a cenar, ocasión que nos permitió compartir y apreciar la sencillez de ambos, como su amena charla jalonada de experiencia y anécdotas.
No le éramos tan desconocido, porque recordó incluso cuando dijo recordaba haber recibido algunas colaboraciones que publicó, no tanto por el remitente, sino por el matasellos que venían en las Cartas: Correo de Antofagasta. Y no dudó en preguntar por qué de allá, si era de Pichilemu.
Le expliqué que había tenido de la noche a la mañana una oferta de trabajo en las faenas del proyecto minero de La Escondida y que no dudé en aceptar; lo que me alejó del terruño por un tiempo.
Y que no obstante, nos dábamos el tiempo de escribir, entregándole algunas colaboraciones a periódicos de nuestra región.

EDITORIAL: Al cumplir hoy 105 años, estamos viviendo la Historia

Hoy estamos viviendo un momento histórico y único para nuestra empresa periodística. Por primera vez en 104 años quienes laboramos día a día confeccionando El Rancagüino no nos reunimos en nuestras oficinas con cientos de amigos, suscriptores, avisadores , miembros de instituciones y autoridades para celebrar juntos un año más, para recordar a quienes nos precedieron y para proyectarnos hacia el futuro tal como lo señalara nuestro fundador en 1915.
Hoy en nuestras oficinas solo estamos un pequeño grupo que durante la emergencia sanitaria que azota a la región, el país y todo el planeta acude en turnos hasta estas oficinas centrales a coordinar el intenso trabajo que cada uno de nuestros colaboradores está realizando desde sus hogares.
Es paradójico. Hoy estamos solos, pero al mismo tiempo estamos más acompañados que nunca  porque hoy más de quinientas mil personas están informándose diariamente por medio de nuestras plataformas electrónicas.
Cada mañana miles de whatsupp, reciben y reenvían nuestro diario tradicional editado 100 por ciento en formato digital. Al mismo tiempo otros miles de correos electrónicos difunden las noticias regionales a un público que lo espera y otros tantos milles se informan por las redes sociales de nuestro medio.
Nuestro Fan Page de Facebook es visto por más cincuenta mil lectores, otros 47 mil seguidores en twitter y 24 mil en instagrand, personas de todos los rincones de la región, de muchas ciudades de Chile y también de cuarenta países del planeta.
Porque las redes sociales están plagadas de noticias falsas o mal intencionadas, los usuarios en todos los países se han volcado a informarse en los sitios de medios tradicionales como el nuestro que garantizamos objetividad y veracidad puesta a prueba por más de un siglo.
Es por esto que hoy aunque por primera vez estamos solos, estamos felices y muy contentos celebrando nuestro aniversario porque más que nunca sentimos el respaldo de nuestros lectores y más que nunca estamos motivados a continuar esforzándonos para responder a la comunidad con la mejor calidad informativa.
Por esto mismo es que podemos también afirmar a cada uno de nuestros lectores que tampoco están solos , que los temores y las incertidumbres se combaten con información y nosotros estamos atentos a saber y a indagar todo lo necesario para facilitar el diario vivir de todos.
La pandemia, unida a la incertidumbre social y política de nuestro país hace que hoy es más urgente que nunca el estar bien informados siendo de vital importancia lo que sucede en nuestro entorno inmediato.
Las cuarentenas nos hacen re descubrir a nuestros vecinos  en primer lugar luego de nuestros parientes,  nos visualiza la importancia de comunicarnos  con quienes están más lejos y compartir experiencias e información útil y efectiva para sobrellevar la emergencia. Este es el rol social irremplazable de los medios de comunicación social como el nuestro con trayectoria reconocida por más de una generación como independiente y pluralista. Una vez más renovamos el compromiso de nuestros fundadores de fidelidad a nuestra región y de lucha por el progreso y crecimiento de cada uno y de todos como si fuéramos unos modernos Quijotes regionalistas.

Alejandro González Pino
Director

En el día de nuestro aniversario: Recordando a Héctor González Valenzuela

Hace ya casi cuatro años falleció quien fuera por 50 años director de este Diario.
Sin embargo, su espíritu permanece día a día en nuestras páginas con la publicación en forma póstuma de su querida columna que llamó “Recordando”.
Aún no hemos cuantificado cuántos artículos escribió durante su larga vida de periodista, historiador y académico. Sabemos que unos diez mil es una cifra razonable si contamos los años en que redactó el editorial cada día junto a dos o tres artículos de distinta índole. Todos ellos están físicamente impresos en las páginas de El Rancagüino.
En estos años de su ausencia física hemos continuado publicando sus recuerdos casi diariamente, en nuestros archivos tenemos para varios años más.
Gran parte de la historia de la región quedó escrita en sus “Recordando” en donde hace mención a acontecimientos del pasado regional y de Rancagua fruto de su insaciable investigación de la historia local y de los recuerdos propios de quien como buen Hijo  Ilustre de Rancagua vivió 95 años en su querida ciudad.
Orgulloso ex alumno del Instituto O’Higgins y luego del Liceo de Hombres compartió con generaciones de personas y personajes del acontecer local y regional. Luego en la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile formó parte de una generación de inquietos políticos en ciernes que fundaron las actuales corrientes ideológicas y políticas cuando estas se nutrían del debate amplio, fundamentado, respetuoso y democrático.
Pudo haber sido un gran político, pero siempre prefirió la independencia y llevando el periodismo en la sangre eligió ser testigo y recopilador de la historia. Un verdadero “Notario de la Historia” que registra los acontecimientos asegurándose hasta donde sea posible de la veracidad y de la fidelidad en el relato de los sucesos.
Fue un viajero incansable gracias a su profesión y a la participación en organizaciones de la Prensa tanto nacional como Interamericana recorrió varias veces los países de las tres Américas, otras tantas veces a Europa y a países del oriente. Recopilaba lo mejor de sus viajes y de sus aprendizajes en los cientos de cursos y seminarios en los que participó. Al comienzo como alumno y luego como charlista. Y a su regreso compartía sus experiencias en su columna diaria.
Participó en forma activa en diversas instituciones sociales como el llamado “Centro para el Progreso “que a fines de los cincuenta fue la organización que más aportó al crecimiento de la región creando e impulsando proyectos de desarrollo y crecimiento para nuestra zona. Fue entusiasta socio del Club de Leones, también fue distinguido como Rotario Honorario, impulsó las actividades de los centros de Ex alumnos del Liceo y del Instituto. A nivel nacional participó en la fundación de la Asociación Nacional de la Prensa y también fue directivo de la Sociedad Interamericana de Prensa  entidad que le otorgó la máxima distinción a un periodista que se ha destacado por la defensa de la libertad de expresión en todo el continente.
Ya en la edad madura fue nombrado miembro de número de la Academia Chilena de la Lengua, correspondiente a la Real Academia de la Lengua Española.
Esta última institución fue la que más llenó su vida y en la que más se sintió a gusto y realizado luego de una larga vida de gran lector y escritor. Para él el idioma era la principal herramienta del pensamiento. El idioma tenía vida, evolucionaba y facilitaba la comunicación y la comprensión entre las personas y los pueblos. Su discurso de incorporación a la Academia fue titulado como “El Diario, el libro de los pueblos”.
Se podrían escribir muchas páginas sobre Héctor González, pero hoy solo se trataba de “Recordarlo” como periodista. Faltan muchas páginas sobre su lado más humano, familiar y social lo que dejamos para otro artículo pero sin dejar de señalar que la premisa que señala que “Detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer” se cumple completamente. Su esposa, Marta Pino fue también una gran mujer, de las primeras universitarias en Chile y que merece también algún día un “Recordando”.
Su legado permanece en nuestras páginas y en nuestra filosofía de independencia, de libertad y veracidad.
La tecnología nos ha cambiado enormemente, pero los principios e ideales cuando son sólidos permanecen para siempre.