Sábado, 05, Oct, 6:57 PM

Fuente: www.pichilemunews.cl – 25.09.2024
- Hoy, después de varios meses de trabajo, se estará inaugurando la remodelación de la Plaza de Cáhuil, una hermosa área verde que -aparte de los recursos invertidos en ella- tuvo el trabajo de maestros y obreros que la llevaron a cabo.

Nos pusimos en contacto con el maestro a cargo de esa obra y otras, de los trabajos que la empresa constructora RV, de San Fernando estuvo ejecutando en nuestra comuna. El, es Piter (sic) Mejías, un curicano de 60 años que, lleva más de 50 trabajando en obras de construcción, según nos reveló. Y, donde su hijo mayor sigue sus pasos con gran éxito.

¿Cómo fue su experiencia al trabajar en este rincón costero de la Región de O’Higgins?

“Le cuento que fue muy agradable mi estadía en ese lugar. Conocí a muchas personas y fueron muy amables al reconocer el trabajo que estábamos realizando allí. Yo fui en esa obra -y en otra de Pichilemu- la cara visible de la constructora a cargo de la ejecución del proyecto”.

¿Usted trabaja muchos años con ellos?
“No, yo soy maestro de obras en general y contratista de obras y como ellos me conocían, me contactaron para este trabajo y hacerme cargo de las obras acá en la comuna de Pichilemu”.

¿Cómo fue su estada durante meses en Cáhuil, particularmente, hubo contratiempos, dificultades?
“Mi estadía fue bastante larga acá en Cáhuil, ya que tuvimos como equipo que lidiar con varios obstáculos no contemplados, tales como el mal tiempo y otros, pero el objetivo era sacar adelante las obras y ver que hoy están ya a punto de ser inauguradas, al igual que la Cancha Chena de Pichilemu, ambas obras para el buen uso de la comunidad, no fue fácil sacar adelante estas obras; pero el objetivo se logra cuando existe ánimo y perseverancia”, nos indica con satisfacción.

Usted me dijo que era de Curicó …
“Así es, soy de Curicó y estuve durante toda la obra viviendo en Pichilemu. Me trasladaba todos los días a Cáhuil, muchas veces cuatro o 5 veces al día con materiales y/o a buscar algo faltante. Por ello, conocí al señor alcalde y a la señora Makarena Irarrázaval (escultora) y a muchos otros. Lo que me queda es que conocí muy buenas personas. Hoy, ya por acá en mi tierra los felicito por tener esa plaza maravillosa y un pueblo muy acogedor y esa Capilla hermosa al lado de la plaza”.

Cuénteme. El equipo de trabajadores que usted lideraba, ¿de dónde eran?
“La mayoría de los trabajadores son de Molina y Curicó, un equipo humano de 12 personas en ocasiones”.

Me contaba que desde niño usted ha trabajado en la construcción …
“Exactamente así es. Yo tengo 60 años cumplidos y desde niño he estado en la construcción y eso me ha dado conocimiento, experiencia. Yo trabajo de forma independiente y directo, pero en esta ocasión realicé estos trabajos ya que la empresa no tenía quién le realizara estas obras”.

Y recurrieron a usted …
“Me conocen de años, saben de mi experiencia, de ser más prolijo y cumplidor en las obras, lo que trae buenos resultados, obviando un círculo de burocracia y que termina demorando los procesos de las obras o trabajos según corresponda a cada proyecto”.

¿Alguna otra impresión que quiera expresar …?
“Bueno, en resumen, quiero decir que no soy de mucha publicidad en mi oficio. Soy más de trabajo, ya que detrás de un maestro hay un compromiso familiar y una responsabilidad con los mandantes. Por lo tanto, el objetivo mío al menos era trabajar por lo que me gusta y me da el sustento para mí y mi familia y principalmente dejar conforme a la empresa que me contrató y a la comunidad de Cáhuil que quedó con una hermosa plaza.
Por otra parte, lo que muchos no saben es que en cada obra pública o privada existe lo que se llama horas hombres o esfuerzo humano, cada metro construido es un esfuerzo físico y mental para que al final lo que se construye sea una imagen pública que se pueda aplaudir o disfrutar y porque no decirlo, comprobar que con un básico comentario de alguien desconocido, que diga hermoso quedó el trabajo. Ahora bien, esa plaza en Cáhuil tiene puros elogios en las redes sociales y eso a mí, me deja conforme en lo personal y en mi calidad de maestro constructor. Recuerdo que fueron días de alegrías y de amargura, ya que una obra pública es más compleja que una obra privada por ser diferentes en sus procedimientos en varios aspectos, pero lo bueno de estas obras es que se conoce gente, personas. Muy amables, que por sobre lo malo o lo bueno de los procesos de construcción te levantan el ánimo y te dan ganas de olvidar lo malo y dejar lo bueno. Lo digo en el sentido de no bajar los brazos por el bien de la comunidad”.

Bien, después que costó un poco en responder a mi interés de hacer una nota, se soltó …, ¿queda algo por decir …?
“Sí, en realidad, agradecer la atención que le dio a mis mensajes enviados por Messenger, pues uno -como el equipo de trabajadores- queda generalmente en esto como un anónimo, aunque mi satisfacción mayor es que fui una vez más el maestro de obras. Y, a la distancia reitero mi satisfacción por haber estado a cargo de esas lindas obras. Gracias …”.

Fotografías, imágenes: Gentileza Piter Mejías/Archivos “Pichilemunews”.