Fuente: www.pichilemunews.cl – 03.02.2021
Pese a que sueño de niño -de conocerlo- pudimos cumplirlo en los años '70, la gran mayoría de los propios lituechinos (está ubicada desde 1979 en la comuna de Litueche) no lo puede hacer. Ello, no obstante a todos los esfuerzos que han hecho ciudadanos, vecinos y algunas autoridades -entre ellas el concejal Gabriel Palma Donoso- a través del Movimiento Ciudadano “Playas Libres”, Litueche.
Han obtenido logros, pero dependiendo las autoridades de turno, se avanza y se retrocede. El tema no es de derecho del libre acceso a las playas, consagrado en la Constitución Política, sino de Poder. El poder del dinero …, ni más ni menos. El que tiene ese poder es quien manda.

Eso que le hemos oído a las autoridades de uno y otro color. Por ejemplo, Rommy Schmid en su momento Ministra de Bienes Nacionales fue enfática en señalar que "no existen playas privadas de mar" (Diario La Tercera, 17 de diembre de 2008); Felipe Ward: «No existen en Chile las playas privadas, todas son públicas» (Panorama Imagina, 07 de febrero de 2019); y el actual Ministro Isamit: “Las playas son de todos, ….”, en DiarioLaguino.cl; son palabras que si bien las repiten casi igual, unos y otros, en la práctica son puro verso, palabras, paja molida.
Y, los intendentes -que son las autoridades más directas en cada región, de acuerdo a la ley- para fijar vías de acceso que permitan a los ciudadanos -hombres y mujeres de este país- mojar sus pies en el mar en cualquier playa de Chile, se desentienden, se hacen los sordos, pues el poder del dinero, no otro, es más fuerte.
Y, las vías de acceso fijadas por autoridades que las dictaron porque tenían pantalones, tampoco se respetan plenamente. Se mencionan las emitidas durante el gobierno de Pinochet; pero ni los propios pinochetistas de la zona las respetan.

Topocalma -situado en lo que es la provincia de Cardenal Caro, desde 1979- es casi de seguro el punto geográfico más antiguo conocido desde que los conquistadores españoles pusieron pie en esta parte de América.
Si escudriñamos en la historia, tras el primer ataque que indígenas realizaron a la recién fundada ciudad de Santiago -que por estos días está cumpliendo 480 años- por el cacique Michimalonco, se descubriran al menos un par de hechos que la vinculan.
En efecto, incendiado el fuerte que protegía a los españoles, y destruidas sus cosechas, Pedro de Valdivia envió a un piquete de soldados junto a indios yanaconas hacia el sur oeste en busca de sal que, según averiguaciones, existirían en la costa. Y no estaban equivocados, pues llegaron a la zona de Topocalma donde, en la laguna del mismo nombre que se formaba ahí, existían albúferas producto de las aguas del mar que se adentraban en ella.
La sal era un elemento de mucho valor, que equivale hoy a una persona que tenga “paltas”. En estricto rigor y más en serio, la sal lo era más aún, puesto que permitía conservar las carnes durante largo tiempo. Y el incendio lo había arrasado todo …
Asimismo, la historia del Scorpion, varios siglos después, también se desarrolla en ese lugar. Y, por otra parte, Vicente Benavides es capturado allí y llevado hasta Santiago para su ejecución …; todo lo cual -si les interesa- está con pelos y señales en la Historia y, ésta también en Google.
Todos estos aspectos los conocimos no contados por un profesor de Historia, que probablemente los sabe, sino tras -primero- pisar Topocalma, luego de años de espera y descubrir, por nuestros propios ojos el Faro que está emplazado en la cima de un alto peñon y cuyos destellos nocturnos se podían apreciar desde Pichilemu a casi 50 kilómetros de distancia. Pero no solo eso: conocimos la roca donde cada 1 y 2 -su apogeo- en la Fiesta de la Virgen de la Candelaria, el proceso en que tras meses de espera, las lobas inician el proceso de parición. Y unos cientos de metros más al norte, la hermosa playa (aunque muy abierta al mar) y roquerios de Topocalma, aparte de la laguna que se produce y alimenta el estero del mismo nombre.

Recuerdos
Siendo unos imberbes niños que, durante el verano pasábamos gran parte del día jugando en los arenales al pie de la “Piedra del Pelambre” (donde está hoy la rotonda y mirador en Plaza Prat) junto al Peyuco, su hermana Carmen y otros niños de similares edades; en la noche (hasta que nuestros padres nos enviaban para la casa), nos convertíamos en “informadores turísticos” de la gran cantidad de señoras mayores que llegaban al lugar a “comentar” la jornada del día, y qué al ver a lo lejos los destellos les causaba curiosidad de saber a qué correspondía.
Pasaron varios años hasta que tuvimos la ocasión de llegar a Topocalma, hasta donde accedimos por el año 1977 junto al entonces Jefe de Conaf, Área Pichilemu, el ingeniero forestal Esteban Sacristá. Otro pichilemino que fue de la partida, y que puede dar fe de ello, es Patricio Galaz Eloz, quien interactuó junto a otros funcionarios de Conaf en aquella visita.
Ello, nació por nuestro interés de conocer aspectos de las faenas de ese servicio forestal. Y planificada la visita que abarcó conocer los viveros de plántulas en el sector Las Garzas y el Campamento de Tanumé; tras cumplir con ello y estando allí surgió la “arrancada” hasta Topocalma, aprovechando la ocasión y a la proximidad del lugar.
Ello, permitió no menos de dos artículos respecto a esta visita, una de las cuales -reiterada el año '80, desde Litueche- nos llevó a lograr una contraportada del diario La Tercera, la que apareció publicada el 23 de marzo de ese año.

Fotografías: W.S.G./Archivos “pichilemunews”