Fuente: www.pichilemunews.cl – Por: Ramón Lizana G. (*) – 21.04.2024
- Recuerda usted amigo lector, lectora estos nombres: Los Plasticidas, Los Pimpilipausa, Los Barrabases, Reina Isabel, La Esencia de la papa misma, Los 7 goles, Los Veraneantes, Los Catedráticos, Los de siempre, Rocapex, Hermanos Flores, The Credence, Helados San Luis, Residencial Teno, Ataos, Los 5 del Ritmo, los N.N. y C. ¿Y Las Biónicas?

Era la época cuando la tranquilidad reinaba en Pichilemu. Se podía caminar libremente por el parque Ross, Plaza Prat, Avenida Ortúzar, Aníbal Pinto, Avenida Costanera y Terrazas.

Veladas
Los aniversarios de los clubes deportivos Arturo Prat, Estrella Roja, Independiente y Unión Pichilemu daban vida a los lugareños durante la época de invierno sobre todo porque existía un enorme esfuerzo por superar al rival presentando espectáculos realmente inolvidables.
Aún se conservan en el recuerdo artistas innatos como el Yayo Zacarías, el chico Inzunza, el Rubén Gaete, Ismael Becerra, Clara Urzúa, Coté Muñoz, Óscar González, José Miranda, Luisa y María Pérez, Carlos Urzúa, Raquel Muñoz, Pelé Carrasco y su hermana Teresa, Nelly Valdivia, Fabricio Cáceres, Jarvis Galaz, Nancho Bozo, por mencionar algunos.
La radio Agricultura acaparaba la sintonía de la mayoría de las casas con las Noticias a mediodía donde era recurrente que mencionaran a Pichilemu, los Comentarios Deportivos de Julio Martínez, “La Tercera Oreja”; en tanto la Radio “Ignacio Serrano” de Melipilla sonaba en todos lados con sus programas de música mejicana. Mientras en otras la televisión en blanco y negro cautivaba con programas como "Barnabas Collins" y "Música Libre".
Para los 18 de septiembre se presenciaban los desfiles de la Escuela N° 90 de Hombres y N° 91 de Niñas, la Cardenal Caro y el Colegio de las Monjitas y Liceo José Miguel Camilo acompañados de sus bandas de guerra. Era una verdadera guerra de bandas.
Y en el sector “El Llano” la ramada próxima al estadio la familia entera se divertía al son de la música de la familia González. Don Óscar, sus hijos Óscar y Omar le daban ritmo a la fiesta hasta altas horas de la noche.
En ese ambiente pueblerino se encontraba el Liceo “José Miguel Camilo”, administrado por los curas Rojas, Núñez, Bogiolo, Padrós y a cuyo director Noceti le acompañaban entre otros los profesores Alberto González, Egidio Parraguez, Alejandro Flores, Ana María Celis, Guillermo Hernández y Prosperina Quijada en los últimos años, antes de cerrar.

Baby Fútbol
En el cuadrante de las calles Manuel Montt, Ángel Gaete, Aníbal Pinto y José Joaquín Aguirre había un terreno municipal de un poco más de 1.600 m2. en cuyo interior había unos columpios y otros juegos y una cancha de cemento de baby futbol y basquetbol con cuatro postes que alumbraban a medias pero que igualmente ayudaban cuando se aproximaba la noche.
Fue en esa época cuando llegó a Pichilemu Larry (Lazarte), un norteamericano que gustaba del básquet motivando a los jóvenes a iniciarse en ese lugar a practicar ese deporte. Hubo entusiasmo al punto que se organizaron competencias entre los muchos que se animaron a practicarlo.
Sin embargo, esa canchita hoy desaparecida le daba vida a los atardeceres de invierno y posteriormente a los veranos. Los profesores de educación física Parraguez y Hernández llevaban a sus alumnos a ese centro a practicar gimnasia y deportes varios. Desde el Liceo se organizaban competencias como el recordado hexagonal donde participaron el Vasas de Hungría, el River Plate de Argentina, el Colo Colo de Chile, el Real Madrid de España, el Peñarol de Uruguay y el Dinamo de Moscú. Dicen que el sorteo fue arreglado porque el River concentró a los mejores jugadores como el Aldo Polanco, el Juan Gálvez, el Manuel Celis, y el Ramón y Carlos Lizana adjudicándose el torneo.
De la misma manera también se organizaron competencias a nivel general donde surgieron equipos de distintos puntos del pueblo como los Cha Cha Cha, los Rajatablas y los Rotos Cacos. Ya en los veranos se ampliaba el interés porque armaban equipos los Plásticos, los Pinpilipausas, el Dinamo, el San Luis, el Arturo Prat y los Desordenados de Rancagua.
Era todo un espectáculo que captaba a una gran multitud que se apostaba en distintos puntos para disfrutar de las competencias.
Claro que era en los crudos inviernos con pocos atractivos cuando esa cancha atraía a la mayoría de los jóvenes a divertirse jugando “al gol saliendo". Ahí destacaban el Manolo y Bruno Cortez, José Luis Galaz, el Luis Arias, los Mirandas José, Pepe y Mateo, los hermanos Miguel y Lito Celis. Asimismo, los hermanos Nano y “Pinchecha” Miranda, Fernando Vargas y Toco Vargas y cuantos más que están en los archivos del recuerdo y que acompañaban en esas prácticas. Unos miraban y otros participaban. A unos cuantos metros la sede de la Estrella Roja con dos parlantes improvisados en la punta de un palo difundía música a los paseantes del sector.
Años más tarde, eso dio pie a que -las chicuelas y jóvenes que iban a mirar esas pichangas de baby fútbol- también se entusiasmaran, lo que se manifestó en encuentros del sexo femenino. Y, recuerdo -a modo de ejemplo- a “Las Biónicas”.
Después de las pichangas se iba a la Estación de trenes a esperar a algún ocasional pariente o amigo que por esa época solía llegar de terno y corbata y con su mujer de vestido largo y abrigo y con labios bien pintados de rojo carmesí. En repetidas ocasiones había que quedarse a observar el movimiento de los carros que los alistaban para el día siguiente. Con la llegada del tren la noche se iba. En algunas oportunidades cuando sonaban algunas monedas en los bolsillos se iba a la Fuente de Soda "Rubí" a colocar algún tema de la nueva ola en las rockolas que poseía el local.

Despojo
Un mal día, como en todo orden de cosas desde la Municipalidad le dieron un giro a la realidad. El año 1985 aproximadamente, Personal en Retiro del Ejército solicitó ese terreno para construir una residencia de descanso para ellos y sus familias. Habiendo realizado los trámites y posesionarse no les prosperó la idea y transfirieron el lugar al señor Pedro Yévenes, quien -mediante una concesión que realizaba el municipio- como dueño de juegos y entretenciones mecánicas funcionó allí por varios años en ese terreno.
Así murió el atractivo del lugar, el espacio de entretenimiento de la juventud, el lugar de juegos y de prácticas de la Primera Compañía de Bomberos. Un lugar simbólico incrustado en pleno centro del pueblo que las autoridades de la época no supieron proteger. Hoy, el espacio alberga un local comercial y un estacionamiento. Penosa y triste realidad.

(*): Profesor U. de Concepción

Fotografías: RLG/Archivos “Pichilemunews”.