Fuente: www.pichilemunews.cl

- Cuándo, dónde y cómo no señala la invitación que está difundiendo en sus redes sociales.

Una invitación a participar de la actualización del Pladeco y del Pladetur está haciendo el municipio pichilemino a través de sus redes sociales; pero no indica a quiénes está dirigido y tampoco cómo se desarrollará el proceso, sobretodo considerando las restricciones que han puesto las autoridades sanitarias para sortear con éxito los peligros de contagio del coronavirus en la población.
No obstante a que esta instancia es crucial para que la comunidad pensante pueda participar, ya como vecino o dirigente, se hace difícil participar. Más aún cuando los propios servicios públicos, como privados, están funcionando a media máquina.
Y los plazos para cualquier trámite, gestión, se extienden ante la excusa del Covid 19, pese a que hasta antes de la pandemia declarada, no era mucha la diferencia en cuanto a plazos de respuesta.

Invitación
Tal como lo señala el texto de la invitación, tanto el Pladeco (Plan de Desarrollo Comunal), como el Pladetur (Plan de Desarrollo Turístico), son instrumentos guías, una hoja de ruta, en la cual quedan plasmadas las ideas, iniciativas, mediante las cuales “permitirán construir la comuna que anhelamos en el ámbito económico, social, territorial, medio ambiente y en especial, el turístico”. El texto, muy bien inspirado termina señalando “Te invitamos a participar para que puedas expresar tus ideas, tu opinión y tus sueños”.

Crucial
Como ya lo señalábamos, esta instancia de participación es crucial para reforzar, corregir aspectos que si bien están presente de alguna manera en los existentes instrumentos, han sido “letra muerta” hasta ahora.
Pasa lo mismo con el Plan Regulador Comunal de Pichilemu, el que pese a considerar aspectos que son fundamentales para el desarrollo territorial en específico, uso de suelo, restricciones en terrenos inundables (en el borde costero, en zonas inundables, en quebradas, en lechos o aledañas a cuerpos de agua), han sido vulneradas una y otra vez por inescrupulosos, e incluso por personajes públicos y que ostentan o ostentaban cargos de esta índole.
Lo más preocupante sin embargo, es que las autoridades que cumpliendo en el papel con lo que señala la ley orgánica de municipalidades, en la práctica lo hacen sin convicción, puesto que hay varios ejemplos donde éstas han dejado hacer, miran para el lado; convirtiéndose en cómplices de quienes vulneran la normativa.
En otras palabras, los inescrupulosos, los vivarachos, entre otras especies que se enseñorean, hacen y deshacen, se ríen no solo de la comunidad toda, sino de aquellas propias autoridades que han liderado estas “guías”, estas “ordenanzas”.
La responsabilidad la tenemos todos, en definitiva, porque somos todos quienes elegimos a quienes nos representan en las diferentes instancias.
¿Pasa solo en Pichilemu?
¡No!, a nivel país.