Jueves, 18, Abr, 11:07 PM

Fuente: www.pichilemunews.cl – 15.08.2020

- Muchas veces nos ocurre, cuando vemos una película basada en hechos reales, no siempre se sabe qué pasó finalmente con el protagonista y queda dando vueltas la interrogante.
- Es lo que nos pasó, por ejemplo, con el destino de ese niño protagonista de la película “Machuca”. Pasan los años y de pronto, algo nos disipa gran parte de esas interrogantes. Más aún, nos sorprenden la serie de hechos concatenados que se van descubriendo, al punto que al conocer, casi, en persona al niño que inspiró esa película chilena tiene tantas similitudes y raíces que llegan a Pichilemu.
- En efecto, “pichilemunews” los invita a adentrarse y conocer a quien, transformado en un profesional con una amplia trayectoria, hoy tiene publicados más de una quincena de obras. E incursiona, dentro de las limitaciones del confinamiento, en la música, pero que también tiene su propia opinión en el tema educacional, sobre el proyecto de "Ley Machuca", el mérito y otros conceptos. Leamos ….


El refrán popular “De tal palo, tal astilla”, es quizás el que más se asemeja a lo que hoy es, Amante Eledín Parraguez Lizana —su nombre real— de la persona que inspiró la historia que da vida a la película “Machuca” que el año 2004 entrenó su director y guionista, el cineasta Andrés Wood (“Historias de fútbol”, 1997; “El Desquite”, 1999; “La fiebre del loco”, 2000), entre otras. Historia que está basada en la experiencia educacional de un grupo de niño de origen muy humilde en un colegio de clase alta, entre los que se encontraba Amante Eledin, en medio de los álgidos días del gobierno del Presidente Salvador Allende, y que concluye con el golpe militar.
Antes de proseguir, se hace necesario contar que esta impensada conversación que tuvo “pichilemunews” en estos tiempos de confinamiento, pero también de trabajo, ha tenido cosas que sin duda nos marcarán a todos, como es la ausencia y/o alejamiento obligado de nuestros seres más queridos, pero también de momentos muy agradables, sorpresas tremendas como tomar contacto con amigos y amigas después de casi medio siglo, sino más.
Y, por cierto, el inesperado contacto donde una amiga poetisa nos contó que estaba participando de un taller literario, vía remota, que lo dictaba Eledín Parraguez, quien nos agrega nuestra amiga es la persona que inspiró la película Machuca y que tiene vínculos con Pichilemu … Esto último, nos motivó a inquirir más detalles y pedirle el contacto para intentar hacer un artículo; lo que felizmente, en un dos o por tres se concretó.

¿Por qué “De tal palo, tal astilla”?
Es una de las conclusiones que nos dejan tras conocer las revelaciones que hay en la historia de este personaje que, pese a todo lo que vino como consecuencia al 11 de septiembre, tuvo la posibilidad y oportunidad de seguir estudiando. Terminó sus estudios secundarios y accedió a la Universidad de Chile, donde estudió pedagogía. Además es escritor y poeta. A finales de los ‘70 obtuvo un magíster en Educación en la Universidad de Portland, Oregon, en Estados Unidos. Volvió al país y ejerció en diferentes colegios, e incluso en el exclusivo Saint George ‘s en dos oportunidades: Dos años, en 1986 y 1987, y luego entre 1996 y 2010, año en que dejó el colegio para dedicase a la educación superior y a su trabajo literario. Hoy está ejerciendo la docencia en una Universidad y realizando Talleres Literarios en las comunas de Peñalolén y La Florida.

- Leí por ahí que sus padres venían del mundo campesino. Más específicamente de Colchagua, decía; y que nacieron más concretamente en Larraín Alcalde, la penúltima estación de ferrocarriles antes de llegar a la costa en la comuna de Pichilemu. “Así es. Mis padres nacieron allí, pero como eran temporeros estuvieron también en otros sectores de Pichilemu, como es Alto Ramírez”.

- ¿Cómo se llamaban sus padres?
“Juan de Dios Parraguez Pavez y mi madre, Carmen Rita Lizana Díaz”.

- ¿A qué se dedicaba su padre?
“Mi padre era un campesino temporero y, dentro del poco tiempo que disponía, practicaba en su talento: Además de crear a sus hijos, creaba muy fácilmente décimas, que es la poesía popular de los campos, principalmente. En otras palabras era un cantor a lo poeta, acompañándose con guitarra traspuesta; un oficio que se aprende con buen oído y memoria, donde la inspiración surge entre las vivencias de la vida y la muerte”.

- Y usted, ¿cuándo siente la necesidad de desarrollar de alguna manera la veta creativa de su padre?
“Como lo dije una vez, mi familia éramos pobres, pero apreciábamos la cultura. Y en mi caso, cuando viajé, mi mamá que era analfabeta supo cuidar mis pertenencias más queridas: mis libros, que luego me motivaron a escribir. Empecé a incursionar en la prosa y el verso a finales de los 70, una alternativa que me era más fácil que lo que hacía mi padre como cantor popular, pero recién publiqué mi primer libro el año 1981, cuando me encontraba en Estados Unidos. Un libro de poemas, titulado “Digo mañana de algún modo”. Tenía 25 años”.

- ¿Dentro de esa faceta de escritor, cuáles son sus obras que más satisfacciones le han brindado?
“Me resulta difícil nombrar algunas en particular, pues todas de algún modo, traen aparejado satisfacciones, más aún si estas logran críticas que te afianzan y reconocen algún valor”.

- ¿Cuáles son, cronológicamente, los títulos editados a la fecha?
“Voy a nombrar algunas de ellas, las que más tengo en la memoria inmediata. Como dije, partí el ‘81 con “Digo mañana de algún modo” (poemas), por ser el primer poemario oficial. Luego “Peñalolén nacido de las profundidades” (poemas), publicado el ‘96; “La Canción Extraña” (poemas, publicado el ‘99; este libro lo presenté en la feria Internacional del Libro en Guadalajara. El año 2002 “Tres años para nacer” (novela), con diversas reediciones. Respecto a este libro hay que hacer necesariamente un paréntesis. “El libro lo escribí, señala su autor, en la década del ‘70 y recién publicado el 2002”. Después viene “Incierta travesía” (poemas), publicado el 2006; “El último cielo, historia de un profesor” (novela), publicado el 2008. En Suecia, en el marco de la celebración del Bicentenario, en septiembre de 2010, fue presentado el libro bilingüe castellano-sueco “Den sista himlen, en un acto solemne en la Universidad de Lund. Debo señalar que la traducción de este libro participaron 3 poetas suecos, un poeta chileno radicado en ese país y dos gestoras culturales chilenas, en un taller al que fui invitado como único poeta chileno. Luego “A orillas del río Mapocho” (poemas), 2013; “De cuello y corbata” (poema), publicado el 2016; “Freedom will come” Antología bilingüe Castellano-inglés, publicado el 2017. Este libro corresponde a una selección de poemas, realizada por William S. Nelson, poemas que escritos en diversas épocas y publicados en diferentes libros. Esta antología fue presentada en Londres y en Estocolmo a fines de 2017”.

- Volviendo a su infancia, ¿recuerda usted qué motivó a sus padres a tomar la decisión de emigrar a la ciudad, nada menos que a la capital del país …?
“Bueno, mi familia aparte de origen muy humilde, era muy numerosa. Fuimos once hermanos en total, aunque cinco de ellos murieron tempranamente. Sus motivaciones eran buscar un mejor pasar para criar a sus hijos, lo que yo recuerdo. Ellos emigraron durante los primeros años de los ‘50 y se asentaron en la comuna de Las Condes, en el sector de San Damián. Y mi padre siguió trabajando de temporero en las chacras que habían en esos años y jardineando en el barrio alto. Y yo nací en Santiago en 1956, siendo el menor de los hermanos”.

- ¿Cómo se da esa instancia y posibilidad de estudiar en el Colegio Saint George ‘s?
“Esa instancia se da únicamente por el compromiso que tenían los sacerdotes que regentaban ese Colegio, particularmente su director. Para mi, como para otros niños que llegamos a estudiar allí, eso era impensable, pues era encontrase con un ambiente y un nivel cultural totalmente ajeno a nosotros. Se nos dio esa posibilidad de estudiar ahí, que para mí fue interrumpida el ‘73, esos escasos tres años sirvieron para aprender, aparte de los entregados por mis padres, “mis valores”, de los que tomé conciencia estando ahí. Por ejemplo, el derecho inalienable a la educación, aunque se haya nacido sin dinero”.

- ¿Y luego de esa experiencia que culminó en forma tan traumática, qué vino …?
“¿Qué pasó después del 11 de septiembre de 1973 se refiere?. Ese año estaba cursando el tercer año medio en el Saint George ‘s. Yo estaba viviendo en el Campamento Ñancahuazú, en la comuna de Las Condes. Las clases se detuvieron. Y cuando regresamos a clases el año 1974, el colegio estaba intervenido por el gobierno. Se había instalado un rector designado, perteneciente a la Fuerza Aérea. Eso se muestra en la película. Hubo muchos cambios en ese momento. Alcancé a estar un poco más de un mes ahí el año '74. Un grupo de alumnos integrados seguimos trabajando en la chacra, que quedaba contigua al colegio, con los curas. En esos días el rector, un comandante de la Fuerza Aérea, nos llamó a su oficina para interrogarnos y saber porqué estábamos en el colegio y por qué seguíamos en contacto con los curas. Fue muy delicada esta situación. En lo personal me sentí atemorizado, ya que fue muy fuerte lo que nos dijo el comandante. Salimos asustados de esa reunión, porque fuimos amenazados con llevarnos a la Fiscalía Militar. Ese episodio lo relato en mi novela. Luego de eso, con mucho temor, decidimos irnos del colegio. Afortunadamente nos recibieron en el Colegio San Ignacio de El Bosque. Ahí pude terminar mi cuarto medio. Fui un estudiante exiliado de un colegio a otro. Tiempo después el campamento donde vivía fue erradicado. Estuvimos de allegados un tiempo y volvimos a otro campamento de Las Condes que quedaba por la calle Los Militares, cerca de Manquehue”.

- Y, aparte de haber podido desarrollarse profesionalmente, en su vida familiar, sus padres, hermanos, ¿hubo alguna vez un retorno a sus orígenes, a esos paisajes de infancia, a esas tierras de rulo, secano, costinas?
“Pero como no, anduve mucho en el tren de Santiago a Pichilemu. Muchas veces viajé de vuelta a la tierra de mis padres. Inolvidables viajes en tren. Nos bajábamos pasado el primer túnel después de Alcones. Cardonal si mal no recuerdo. De ahí casi dos horas a pie para llegar a destino. A veces nos esperaban con caballos ….”.

- Conocimos la Estación de Cardonal. Ahí sirvió en los años ‘60 un tío y nos invitaba unos días de vacaciones. También conozco a algunas personas del lugar, familias Reyes, Caroca, Flores. Ahí estaba el Restaurante “El Estribo, le interrumpimos ….
“Yo no recuerdo mucho, porque nuestro destino era lejos de ahí; pero sin duda hay mucha historia y en muchos lugares, que hay que escribir ..; pero si recuerdo que mi papá cuando mandaba cartas, ponía en la dirección San Miguel de las Palmas, como una de las referencias. Con él viaje muchas veces para las trillas que se realizaban en el sector, y para la fiesta de la Virgen del Carmen, porque mi papá tocaba la guitarra traspuesta y cantaba a los divino y a lo humano”.

- Por lo que usted indica en tiempo, me imagino que ustedes iban a Alto Ramírez, Espinillo ¿quizás?
“Exactamente. Por Alto Ramírez. Y de ahí, mi papá iba al Espinillo a comprar cosas a veces. Había un almacén. Algo recuerdo”.

- ¿Y cuánto tiempo que no viaja por esos lares. Le quedan familiares por allá?
“Hoy voy mucho para allá, aunque fui el único de los once que nació en Santiago. Todavía hay parientes viviendo cerca de Alcones, por la ruta antigua a Pichilemu. Ahí vive una prima hermana muy parecida a mi mamá, casada con un Parraguez. En esas tierras costinas hay mucha poesía y mucho canto enterrado, mi prima toca la guitarra traspuesta, como lo hacía mi papá. A mi me interesa rescatarlos. Estoy comprando un terrenito para hacerme una casa, que quiero que sirva como centro cultural a investigadores y profesores que se interesen en estudiar nuestras tradiciones centenarias. Esas huellas son la raíz de Chile”. - Esos deseos que usted expresa, ¿los sitúa en el mediano o largo plazo? “Respecto a mi deseo de volver al Valle de Colchagua, (lo más cercano al origen de mis padres) sigue muy en pié. Apenas termine el tiempo de confinamiento, volveré a mirar el sitio más adecuado, probablemente este verano. Quiero instalar un pequeño centro cultural, dedicado a la literatura y el arte campesino”.

Hoy: Taller Literario “La Barraca”
¿En qué actividad estaba hasta antes de la llegada de la pandemia y en qué está ahora? -“En lo formal, me encuentro trabajando a nivel de la educación superior, con algunas horas como docente el la Universidad UTEM. Esta labor docente la combino con charlas en distintos colegios, interesados en mi experiencia como alumno integrado, cuya historia se muestra en la película Machuca, así también mi experiencia como profesor. Pero la mayor parte del tiempo lo dedico a mi quehacer comunitario, realizando talleres literarios en las comunas de Peñalolén y La Florida. Esta es una labor social y educativa de mucha significación para los ciudadanos de estos sectores populares. En lo personal, me dedico a la creación literaria, principalmente en el ámbito de la poesía”.

- De acuerdo a su quehacer, pienso que de alguna manera se está acercando a lo que su padre, don Juan de Dios, realizaba con su oficio de cantor a lo poeta ...
“Me falta algo para eso, pero para allá voy … A raíz de la crisis sanitaria desatada por la pandemia del Corona Virus, en los últimos meses también he incursionado en la creación musical, componiendo algunos temas muy sencillos, que recogen las demandas del movimiento ciudadano a partir de octubre de 2019. Este es un trabajo de creación colectiva con un grupo de músicos jóvenes muy talentosos de Lo Hermida, Peñalolén. Recientemente, y con harto esfuerzo y trabajo personal de cada uno es sus casas, hemos editado el primer vídeo con la banda que hemos bautizado como “Brote Sospechoso”. Nuestro primer tema se titula “Cumbia por la dignidad”, que recientemente presentamos a la comunidad. En el futuro próximo seguiré trabajando con los talleres literarios y la banda musical, así como en la creación literaria personal. Sí, creo que vamos en esa senda …..”.

La Educación, el mérito y la Ley Machuca
- Volvamos a algo más que lo apasiona, según lo que he leído. ¿Cómo entiende el concepto “Educación”?
“Entiendo la educación como una ciencia humana al servicio de las personas. Desde esta perspectiva veo la educación como una totalidad; mi visión es holística, no solo se trata de aprender contenidos conceptuales de manera pasiva, sino también del desarrollo personal en sus aspectos emocionales, de afecto, autoestima y desarrollo espiritual, en que se trata de reflexionar sobre la identidad, el valor de sí mismo y del sentido de la vida. La educación hoy en día se centra casi exclusivamente en los aspectos cognoscitivos, técnicos e intelectuales, sin atender lo afectivo y emocional; las individualidades en cuanto a los diversos talentos innatos en las personas. Los grandes objetivos de la educación son más bien prácticos y utilitarios, en preparar a las personas para el mundo del trabajo y la producción económica, a lo que la mayoría no tiene acceso de manera equitativa. Todo esto ha sido motivo de manifestaciones ciudadanas y de debate político desde hace muchos años, en el que han sido protagonistas los estudiantes, los profesores y la ciudadanía en general. Por lo anterior es que he puesto la realidad de la educación, al igual que otras áreas, en una zona de sacrificio. Es decir, donde las personas han sufrido problemas como la discriminación, le exclusión, y la desigualdad en cuanto su un acceso justo y equitativo, principalmente por razones económicas. Esto también tiene que ver con la calidad de la educación en Chile”.

- Según su punto de vista, ¿en qué hay que poner énfasis y sentido cuando hablamos de educación?
“De acuerdo a los proyectos para mejorar el acceso y la calidad de la educación en Chile, éstos se centran en algunos aspectos como la libertad de los padres y apoderados para elegir el colegio en que quisieran matricular a sus hijos, y en el mérito académico de quienes “se esfuerzan” y “se sacrifican” para alcanzar el éxito. En un momento se hablaba de un proyecto de ley denominada “Ley de admisión justa”. Me llamó mucho la atención el reiterado énfasis puesto en la idea de “libertad” y de “mérito y esfuerzo”, asociados con otros conceptos como equidad y justicia. Entonces me quedé reflexionando sobre la idea de libertad, de mérito, de esfuerzo y de premio, como si se tratase de una carrera en que unos compiten contra otros. Y el premio al mérito es para quienes se esfuerzan y sacrifican por el éxito. ¿Cómo se liga esto con la libertad? Por supuesto que cada uno puede tener su propia idea sobre la libertad, pero debe existir un elemento de sentido común y de verdad, en que todos participamos de esa libertad. La definición de libertad como la posibilidad de elegir, es una definición formal. Esta es una libertad que se adquiere demasiado fácil, basta con tener dinero. Ser libre, más que un derecho es un deber, y para tomarlo de esta forma hay que prepararse para ser libres, requiere de formación y entendimiento. Requiere entender la libertad en un contexto y en un mundo en el que estoy inserto junto a otros”.

- ¿Qué le dice a usted, “La educación, un servicio que ofrece riqueza de oportunidades”?
“La educación no es una ciencia que produce conocimientos en un laboratorio, o que produce aparatos en una fábrica. La educación es una vocación espiritual, no una fábrica de embutidos, ni una empresa económica. Por esto la educación es un servicio que el ser humano realiza para cultivo y desarrollo de las personas en todas sus dimensiones. Ofrece oportunidades a todos por igual. Cuando la educación se define como mercancía que tiene un valor monetario, es decir, cuando su valor se traduce en dinero, se convierte en competencia y en objeto de lujo, al cual pocos pueden acceder. Pero la educación es un servicio cuyo fin es el desarrollo espiritual de cada persona. La educación se realiza para producir sentido en la vida, no para introducir competencia y producir desigualdad y exclusión.
Aquí concuerdo con el astrónomo José Maza, en que la riqueza natural de nuestro país está en las personas. Es decir, en las capacidades creativas, en los talentos intelectuales y en las inteligencias múltiples. José Maza, científico y educador plantea con mucha claridad el potencial intelectual y creativo de las personas, que en Chile la educación no ha sabido aprovechar y desarrollar. Cada nuevo ser humano que nace en Chile, si se le entrega lo que merece: los nutrientes y las herramientas para su cultivo, es un potencial de desarrollo personal, social y cultural. Me parece que la educación es una dimensión que debe ser tratada bajo paradigmas distintos al modelo de mercado, y debe ser tratada con un sentido de responsabilidad social y amor a nuestro pueblo.
- La escuela y la educación tienen el deber de cultivar estas inteligencias múltiples, no solo las de algunos. Es decir, creo que no se puede definir la educación como un negocio de libre competencia. Eso mantiene a unos pocos en el poder económico y material y a muchos en la base, en la zona de sacrificio, luchando por sobrevivir, buscando un empleo, donde le pagan lo mínimo posible. ¿Es esta la competencia que se pretende introducir en la educación, para que unos pocos tengan acceso y otros se queden en el camino, como seres de poca utilidad? Nuestra riqueza no es solo el cobre, los bosques, las frutas y el vino. Nuestra riqueza está en la inteligencia de cada uno. Estimular, desarrollar y darle espacio a esa inteligencia es un gran avance, que a mediano plazo produce riqueza material, pero lo más importante, riqueza espiritual. Esta es la riqueza que la educación a través de las escuelas debe desarrollar”.


- De alguna manera se ve como una utopía, ¿se puede lograr lo que usted dice, llegar a eso cuando quienes pueden aspirar a una buena educación pasa por quienes tienen los recursos para acceder a una mejor educación?
“Sabemos que hoy el mundo está regido por el dinero, que se ha transformado en un fin en sí. Eso de que la educación es un buen negocio, ahora se está cuestionando. ¿Por qué la educación tiene que ser un negocio y no un servicio? ¿Acaso no existen personas dispuestas a servir a los demás? ¿Acaso todos quieren ser multimillonarios rápidamente? ¿Acaso somos todos tan egoístas e individualistas que no nos importa el bienestar de los demás?
Cómo dijo Gandhi, “en el mundo hay suficiente riqueza para satisfacer las necesidades de todos, pero no hay suficiente riqueza para satisfacer la codicia de algunos”. Es una realidad bien dura, pero bastante cierta. Tenemos que cambiar este paradigma del negocio en la educación. Tenemos que transformar la escuela en un centro de desarrollo de la cultura nacional, de formación en valores, talentos y vocaciones. Donde lo que importe es el valor del libre pensamiento, la creatividad y el servicio a la comunidad. Donde el profesor y la profesora sea un profesional con alta valoración y vocación de servicio, siendo una profesión digna, como tantas otras. Las escuelas deben ser una prioridad, más que las armas, porque las mejores armas de un pueblo culto, son sus ideas y sus creaciones”.

- Aunque las prioridades en la discusión, en el debate, hoy es otro, ¿cree usted que hay esperanzas en lograr una educación mejor, de calidad para todos?
“El debate que se ha venido dando; en que se discute si la educación es un derecho social o una mercancía, es un debate muy superficial, que se queda enredado en intereses del momento, enmarcados en ideas fijas, deterministas y reduccionistas, que no permiten llegar al fondo del asunto, y que no contribuyen a un proyecto para la educación chilena que tenga una visión más integral y de largo plazo, donde no se ponga por delante la excusa de la falta de recursos y de que somos un país pobre. Se pretende sacar la educación de la zona de sacrificio en la que se encuentra a través de reformas insulsas, que no son más que parches que no curan la enfermedad. Entonces aparecen algunas iniciativas con grandes nombres, con el fin de ganar espacios noticieros y puntos en las encuestas, porque eso es parte del negocio. Son iniciativas que no abordan el problema en su real magnitud. Chile es un país rico en recursos de todo tipo, especialmente en recurso humanos, que todavía no han sido del todo aprovechados".

- Específicamente, sobre La ley “Machuca” ¿qué piensa usted?
“El proyecto denominado “Ley Machuca” fue un tema de conversación, debate y polémica en el mes de enero de 2019. Este proyecto de ley fue presentado por parlamentarios de oposición al gobierno, a fin de ofrecer una solución al gran problema de calidad e inclusión que tiene la educación en Chile, tomando como referencia la experiencia que documenta la película Machuca. El proyecto, al momento del debate, consistía en que los colegios particulares pagados tuvieran, por ley, que incluir dentro de su matrícula por lo menos un treinta por ciento de alumnos y alumnas de escaso recursos integrados en sus salas de clases. Varios medios de comunicación consultaron mi opinión y pensamiento al respecto. Tiendo a pensar que se valora mi experiencia en este ámbito, como la otros que también fueron protagonistas de la misma historia.
Pienso, sin embargo, que lo que necesitamos no es poder insertar un porcentaje de estudiantes pobres en escuelas y colegios para ricos. Ya no tiene sentido, porque seguirá existiendo quienes no entrarán, y por otro lado seguirán existiendo quienes no lo aceptarán, porque lo verán como una amenaza, como sucedió en la experiencia de integración mostrada en la película Machuca. Ese fue un momento único en la historia de Chile, inspirada por personas generosas y altruistas, con una vocación de servicio inspirada por el evangelio. Esa fue una experiencia exitosa para algunos, pero dramática para otros, y con mucha resistencia de los opositores a la idea de “mezclar peras con manzanas”. ¿Cuál es la idea? Se preguntaba la madre del amigo de Machuca, cuando todo transcurre tan bien así, como está, donde los que pagan el pato son siempre los mismos. Esa fue una experiencia exitosa para algunos, que demostró que los pobres no son flojos, ni menos inteligentes que otros, ni que la educación no les importa. Demostró que, no es que a los pobres no les interesa estudiar, sino que es cuestión de tener la posibilidad. Eso demostró que la educación y el desarrollo espiritual y cultural de las personas es cuestión de oportunidades y es cuestión de responsabilidad, es decir de derechos y deberes. En mi caso la experiencia de integración educativa vivida en el Colegio Saint George ‘s fue muy positiva, porque me permitió escapar del círculo de la pobreza, me habilitó para ser un ciudadano consciente y participar creativamente en la sociedad y la cultura, pero fue una experiencia muy difícil y complicada por la situación social y política que vivió el país. Experiencia en la que reconozco aspectos positivos y negativos, pero finalmente salvadora.

- Entonces usted, por lo que deduzco ¿no está de acuerdo con ese proyecto de ley …?
“No me opongo a una ley especial como la Ley Machuca simplemente por oponerme, más bien creo que la solución real y de fondo a la crisis en la calidad de la educación en Chile, que se encuentra en una zona de sacrificio, está en que se trabaje para que la educación pública sea de calidad, y así no haya que tener leyes parciales y de parche. La ley Machuca puede ser una opción para quienes voluntariamente quieran participar de ella, así como sucedió en los años’70 en el Saint George College. Fue una iniciativa particular de ese colegio. Pero mi opción es que todos los colegios públicos, administrados por el Estado, sean de calidad. Y que la excusa no sea que somos un país pobre, por que hay mucha riqueza mal distribuida, mal gastada y perdida. Que se destinen recursos de los ciudadanos en la educación como una prioridad, para que existan buenas escuelas y colegios en todas las comunas y regiones, para que las familias no tengan que andar buscando escuelas y colegios en otras partes, lejos de su lugar de residencia, donde la integración educacional sea un proceso natural y se realice junto a una integración social general. Una integración geográfica territorial, una integración urbana de calidad con acceso a lo servicios públicos y de salud, con respeto al medio ambiente, etc. Las escuelas y colegios, como instituciones ligadas a la comunidad, también son factor de integración social y cultural.

El paradigma que guíe su accionar no debe ser la competencia, sino la colaboración.
Aprender juntos, trabajar en equipo, compartir y respetar a cada uno en sus propias capacidades y necesidades. Hay que recuperar la educación cívica, el deber del ciudadano.
Es cosa de tener una actitud más solidaria, menos individualista y utilitaria. Me imagino que es difícil, pero la riqueza está, hay que distribuirla de mejor forma y con ella, tener buenas escuelas en todas partes, con salas adecuadas, bibliotecas con la mejor literatura, laboratorios, salas y talleres artísticos. Hay que desarrollar no solo el cerebro, también el corazón y las emociones. Cada comuna debe tener excelentes escuelas públicas, donde los alumnos encuentren un lugar para desarrollarse como personas, independientemente de si sus padres son ricos o pobres. Es un cambio de paradigma, de modelo para darle a la educación otro fin en otro sentido”.

- Otro de los conceptos que se ha debatido es el mérito, ¿qué piensa al respecto?
“Sobre el mérito. Todos tenemos mérito. Es el mérito de ser persona, un atributo universal y que corresponde al ser humano sin distinción. Desde esa base se construye una sociedad justa. Desde el mérito de merecer, de ser tratados con dignidad. Nuestro mérito más importante es haber nacido en esta tierra y ser parte de este territorio y de esta geografía física, humana pluricultural y diversa. No creo que haya alguien que piense que haber nacido en Chile, en el seno de una familia pobre, como parte de un pueblo originario, en el campo, o sencillamente con distintos talentos que no sean las matemáticas o el lenguaje, sea un castigo. No. Nuestro mérito es haber nacido en Chile. Tenemos que llegar a la convicción de que haber nacido en Chile es un privilegio por la calidad de su educación y por su cultura.
La educación es la actividad que toma este mérito básico y desde ahí desarrolla las diversas capacidades según los talentos que cada uno tiene. ¿No es acaso meritorio reconocer a un alumno o alumna que, no teniendo una calificación máxima, tiene el talento y la capacidad de ser un líder creativo, un artista, o una persona altruista que está preocupada de los demás y no solo de sí mismo? ¿o solamente el mérito se le reconoce a los que tienen altos puntajes en las pruebas estandarizadas? ¿Quién determina el concepto de mérito con el que vamos a clasificar a las personas? ¿El mercado, el dinero? ¿La clase social, la raza, el apellido, el sexo? ¿Una prueba?
Creo que en el ámbito de la educación, el mérito debe ser planteado como un elemento de inclusión e integración y no como un incentivo para la competencia, puesto que la educación debe responder al desarrollo de una diversidad de talentos y capacidades. La educación primero tiene que motivar y estimular las habilidades y talentos de cada cual. Debe ayudar a que cada uno se conozca a sí mismo y encuentre su camino y su vocación. Lo que el doctor Deepak Chopra describe como el Dharma, es decir el propósito en la vida. El esfuerzo lo deben hacer los educadores, las autoridades políticas y educacionales para que la educación cumpla su función. Son los que tienen el poder los que deben demostrar el mérito que los llevó a ese puesto para trabajar al servicio del bien común, y no las relaciones de parentesco, apellido, riqueza, amistad o ideología política, lo que comúnmente se llama “pituto”.
Muchos podrán estar de acuerdo con mis ideas y otros no. Muchos podrán coincidir en parte con mis expresiones y conclusiones. Lo que planteo no es una verdad a ciegas, sino una ventana con un cristal muy transparente a través del cual he visto y sentido parte de una verdad que me ha transformado en una persona digna, con una conciencia muy clara y un compromiso social muy firme, porque no he dejado de ser un educador, sin ostentar poder ni riqueza, más que mis valores, mis dones y mis sueños. Mis aspiraciones no apuntan a la perfección, sino a lo óptimo y al bien común”.