Jueves, 21, Nov, 6:47 AM

Estimados amigos,

Les saludo cordialmente, esperando que la presente los encuentre bien en todo sentido.

Hace 13 años que no estoy en Pichilemu físicamente, pero lo estoy en espíritu a menudo. Son las tres y media de la mañana y no puedo dormir porque a las dos me desperté de un sueño en lo cual sucedieron cosas terribles en Pichilemu. Siento la obligación de comunicarme con los pichileminos para incentivarlos a tomar conciencia. Favor de soportar que les hable sin reserva.

Ustedes son como dueños de casa que permiten que las visitas dominen lo que sucede en casa. ¡No debe ser así! Cada pichilemino es responsable por el comportamiento de los que vienen a su pueblo de visita. Ustedes son los que viven con las consecuencias y por eso son ustedes que tienen que marcar la cancha.

Dicen que Pichilemu vive del turismo, pero también hay que vigilar que no muera del turismo. No me refiero solamente a la muerte final como pueblo fantasma sino al proceso y a cada decisión tomada que afecta al alma del pueblo.

Los políticos necesitan dirigir como Dios manda y evitar la corrupción hasta en lo más mínimo.

Los que venden alcohol en forma irresponsable son cómplices de innumerables tragedias. Arrepiéntanse y hagan lo correcto.

Pero además de ellos todos tienen voz y deben de usarla para el bien del pueblo. Cada individuo tiene la responsabilidad de contribuir al progreso y a la conservación de Pichilemu. Los turistas que no respetan sus valores necesitan saber que no son bienvenidos.

Si no buscan la bendición de Dios, en camino vienen maldiciones tanto para el pueblo como para sus propias familias.

Pichilemu es un tesoro y ustedes son los encargados. No permitan que nadie lo destruya, ni en lo físico ni en lo espiritual. Son decisiones que toman a diario que dictan lo que va a ser su pueblo en el día de mañana. Que el Señor les dé la sabiduría y la fortaleza para hacer lo que de veras conviene. Que Pichilemu sea ejemplar en todo aspecto para el bien de cada uno de ustedes y sus hijos.

Son los sinceros deseos de José McCroskey y familia.