Domingo, 05, May, 1:21 AM

Fuente: Mujeres a seguir - Por: Isabel López – 22.04.2022
- Los espectaculares paisajes y los imprevistos han marcado la etapa chilena del viaje de Marta Insausti.

Emocionante y algo accidentado; así ha sido el arranque de la segunda parte de la vuelta al mundo que Marta Insausti, alias La Motera, está dando con un objetivo solidario: recaudar fondos para la recién inaugurada unidad de terapias experimentales de la Fundación CRIS contra el Cáncer en el Hospital Clínico San Carlos.
La Motera ha retomado su viaje donde la pandemia lo truncó la vez anterior, en Chile. Tras viajar desde Madrid a Santiago a primeros de marzo y hacer allí la preceptiva cuarentena, Marta pudo por fin reencontrase con su Royal Enfield (también conocida como la Chiquitina) dos años después de dejarla. Una rápida puesta a punto e Insausti y su moto volvieron por fin a la carretera.
Su plan era llegar a la mítica Carretera Austral, considerada, con sus 1.240 kilómetros, una de las rutas más espectaculares del planeta, y recorrer la costa para más adelante adentrarse en el interior del país.
Pero el segundo día, saliendo de Pichilemu, un municipio turístico costero al sudoeste de Santiago, La Motera sufrió la primera avería del viaje y tuvo que regresar a la capital. Afortunadamente, la moto pudo ser reparada en tiempo récord y La Motera partió de nuevo rumbo al sur dispuesta a recuperar el tiempo perdido.
Tras pasar por Los Ángeles, Marta llegó a Valdivia, capital de la región homónima. Situada en la confluencia de tres ríos, la ciudad fue fundada por el conquistador español Pedro de Valdivia. Uno de sus grandes atractivos turísticos, los leones marinos que comparten espacio con los humanos, sorprendieron a Insausti.
El mal tiempo hizo que Marta finalmente desechara su plan de recorrer la Carretera Austral, pero aprovechó la ocasión para improvisar una visita a la isla de Chiloé, famosa por sus impresionantes paisajes, sus iglesias de madera, sus ballenas y sus pingüinos (que Marta no llegó a ver, aunque a cambio sí pudo avistar lobos marinos, cormoranes y otras aves). En Cochamó, una comuna ubicada en la provincia de Llanquihue en la Región de los Lagos conocida como ‘el Yosemite chileno’, paró a descansar unos días.
Una vez dejó la isla de Chiloé, siguió ruta, ahora hacia el norte, por la región de Los Lagos, disfrutando de sus paisajes y su fauna.
Poco después, Insausti sufrió otro percance: la moto se cayó estando aparcada y tuvo que cambiarle el manillar, la maneta y el intermitente. Afortunadamente pudo repararla en La Serena y continuar viaje.
La Motera se emocionó frente a la tumba de Gabriela Mistral, que descansa en Montegrande, de la provincia de Elqui, donde la poetisa pasó su infancia.
Tras atravesar el Valle del Elqui, llegó a la región de Antofagasta, al norte del país, donde se encuentra el desierto de Atacama, la segunda zona más árida del planeta después de los valles secos de McMurdo, en la Antártida.
Cuando se disponía a salir de San Pedro de Atacama se encontró la moto pinchada, otro pequeño percance que pudo resolver rápidamente para ponerse de nuevo en camino. Insausti no ha perdido la oportunidad de visitar las salitreras de Santiago Humberstone y Santa Laura, declaradas Monumentos Nacionales y Patrimonio Cultural de la Humanidad, y los geoglifos (figuras dibujadas sobre la tierra a base de piedras de origen volcánico) gigantes del norte de Chile, donde todavía anda y desde donde tiene previsto cruzar a Perú. 
Los compañeros de FormulaMoto, que también están siguiendo la aventura de Marta Insausti, han publicado estos días un emocionante documental que cuenta su historia.

(*): Motoquera española de viaje por el mundo en una moto Royal Enfield.

Fotografías: Mujeres a seguir/Instagram Marta Insausti