Fuente: www.pichilemunews.cl – Por: Ramón Lizana Galarce (*) – 14.07.2024
La buena fe del pichilemino cada día se ve con más fuerza vulnerada. La confianza depositada en las autoridades para que administren nuestros recursos se ven sobrepuestas por tareas que esterilmente buscan alimentar el ego de quienes el pueblo los eligió para que cumplan tanto con la defensa de su patrimonio como del progreso mismo que deben llevar adelante.
La indolencia de estas autoridades para atender, esconder y soslayar los problemas cada día se torna más evidentes. Los repetidos casos de invasión a los bienes públicos han colmado la paciencia de los habitantes pichileminos que ven como la impasividad de las autoridades está llevando al desastre la defensa de los bienes comunes que pertenecen a todos sus habitantes.
Problemas en Las Terrazas, en La Caletilla, en el Aeródromo, en la calle Guillermo Tell y en todas las construcciones mal habidas en el borde costero, por solo mencionar las más apremiantes, deja al descubierto la ineptitud de estos señores a quienes el ciudadano les honró y confió con su voto.
Pero claro, para justificar su abulia por lo general se escudan en la norma que según ellos les invalida actuar o para su efecto emiten citaciones públicas que se manejan en círculos cerrados a los cuales el pichilemino tiene acceso cuando la invitación ha caducado.
Vienen nuevas elecciones y se necesita generar un cambio radical con personas profesionales que estén comprometidas con la comunidad y que tengan la fuerza para limpiar todo el desorden en que estamos imbuidos.
Pichilemu no puede seguir alimentándose de distracciones a las cuales nos han llevado actualmente, despilfarrando los dineros públicos en actividades secundarias que solo enaltecen la figura de estos administradores y que dejan de lado deliberadamente los asuntos realmente importantes como los mencionados anteriormente.
(*): Profesor U. de Concepción