Sábado, 18, May, 3:55 PM

Fuente: www.pichilemunews.cl – 21.03.2022
- Emocionante oficio religioso y despedida en el cementerio local, tuvo el querido personaje popular, el “Piri”, “Pirinola” que con su sencillez, humildad e innato talento de cantor se ganó el cariño de la comunidad local, como de visitantes.

Poco antes de finalizar el oficio religioso en la Parroquia “Inmaculada Concepción”, donde Manuel Mella -por los años '80 fue integrante y director del Coro Parroquial, según recordó una actual colaboradora pastoral, Tita Llanca- fue uno de sus sobrinos -hoy adulto- quien recordó pasajes de la vida de su tío Manuel, refiriéndose a lo chistoso y buena onda que era su tío. Cariñoso hasta el final aunque ya estaban grandes; al tiempo que agradeció a la comunidad su presencia en la despedida de su familiar.
Enseguida, pasó uno de sus numerosos ex compañeros de escuela, el ex alcalde Roberto Córdova, quien -recordó- que “el gran sueño del Piri era conocer Santiago. Y, se presentó la ocasión, lo invitó y le hicieron un tour que incluyó hasta La Moneda. Coincidió que la agenda de la Presidenta Bachelet le permitió compartir con la delegación de pichileminos donde los saludó e, incluso pudieron inmortalizar el momento. Para que decir, el “Piri” quedó maravillado y feliz con ese viaje”.
Ya en el cementerio, el ex alcalde Jorge Vargas -actual CORE- le dedicó unas palabras y honor de ser un amigo más, por su humildad y respetuoso qué era”.
Igualmente, el profesor Carlos Yáñez -que fue uno de sus profesores- contó que había tenido un sueño en el cual llegó el “Piri” a avisarle de su partida. Y él -en el sueño- le había prometido que si moría lo despediría con honor por su tremenda humildad y gran alegría a pesar de lo qué le tocó vivir”.
Asimismo, dos cantantes pichileminos -Luis Gómez y el Charro Martínez- le tributaron sendas canciones.

Anécdotas
Junto con lamentar la muerte de nuestro coterráneo, y como lo dijimos en artículo anterior, pudimos compartir en la mesa, ya un almuerzo o once. Donde no cualquier comida era de su agrado, lo que implicaba servirle a su gusto, dentro de lo que se podía.
En efecto, los porotos no eran de su gusto, entre otras comidas que -ante la consulta- las nombraba sin reparo.
En una once, aparte de unas torrejas de cecinas y al ver que no le ponía al pan mantequilla, se le alentó a que le pusiera, como los demás comensales lo hacían. Y ante ello, pidió si podían convidarle aceite y sal, porque no le gustaba la mantequilla.
¿Y por qué no te gusta la mantequilla?, se le preguntó.
Y él, entre su humildad junto con esbozar una sonrisa, contestó: “Es que yo cuando chico era maldadoso. Una vez estaba solo y me preparé un pan con mantequilla, pero le puse demasiada. Y aparte de que me comí yo solo casi toda la mantequilla mi mamá me pilló, porque aparte de enfermarme del estómago, no podía mentir …, ya que la mantequilla me llegó a salir por las narices ...”, soltó con toda naturalidad …
Casi todos los comensales soltaron la risa, y no pocos se atoraron con el té. ¡¡Imagínense!!

Fotografía: Pantallazo Video