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Fuente: www.pichilemunews.cl – Por: Ramón Lizana Galarce (*) – 25.10.2024
Permanentemente en distintos medios de comunicación y en las redes sociales se está señalando la gran cantidad de problemas que arrastra la comuna y que son soslayados por las autoridades encargadas de darle solución.
Las respuestas son diversas partiendo por la falta de competencia o en su defecto porque carecen de prioridad y, por lo mismo, cada necesidad inmediata no queda más que en palabras al viento aunque las mismas sean reclamadas por los distintos canales, sean estos formales o informales.

Por estas fechas como consecuencia de las nuevas elecciones que se aproximan, tanto los postulantes a alcalde como a concejales los vemos recorriendo las calles y localidades, mostrando su lado bueno, enseñando sus bondades y proyectos de cómo transformarán la vida de sus habitantes ofreciéndole una solución a sus problemas por más ínfimos que estos sean.
Sin embargo, ya la gente conoce su actuar porque estos personajes en algunos casos ya se han involucrado con la gestión municipal y ya se conoce cómo despilfarran los recursos en actividades que solo benefician su ego y su figura, así como también deleitando con parafernalia con el único propósito de mantener conforme superficialmente a la población.

Los grandes problemas que se necesitan sean resueltos y que sean el eje central de toda gestión no son tomados en cuenta. La solución al ingreso y salida del balneario, el gran problema del borde costero, la recuperación de los bienes usurpados, la recuperación del patrimonio y del casco viejo, un mercado campesino, solucionar el caos con los estacionamientos en calles y veredas, ampliar las ciclovías, mejorar la conectividad entre las localidades, fiscalizar las construcciones ilegales, defender judicialmente los bienes municipales tomados indebidamente por particulares y por último el nuevo destino que debe tomarse para solucionar las vías que conducen desde playa Hermosa hasta Cáhuil pasando por Punta de Lobos siguen siendo estos solo algunos de los grandes temas obviados por estos señores que pretender asumir la dirección de la alcaldía.
Si no se abordan los grandes problemas, en este nuevo período que se avecina, negros nubarrones se posarán sobre la comuna provocando un brote caótico en su devenir, toda vez que las necesidad de solución a los problemas rebasarán y estallarán producto del meteórico crecimiento que está sufriendo la comuna.

A todo lo anterior, hay que sumarle los incentivos perseguidos por quienes buscan ostentar cualquiera de esos cargos los cuales se traducen en las significativas remuneraciones económicas que percibirán estos futuros servidores públicos y el pago de favores que ojalá no redunden en una mayor incorporación de empleados y funcionarios a la municipalidad, que desde hace ya bastante años se encuentra sobredimensionada en su funcionamiento. ¡La premisa en ese aspecto debiera ser más calidad, menos cantidad!

Además, es imperativo hacer notar que quienes ocupen los cargos de concejales, sean estos originarios o afuerinos, se encuentren capacitados para observar y analizar cada proyecto, vetando lo inservible y apoyando lo realmente de valor para el desarrollo de la comunidad. El servilismo, sometimiento y sumisión ya visto en situaciones anteriores, de seguir así, solo contribuirá al entorpecimiento de lo que la comunidad realmente necesita.
Para hacer gestión es imperioso racionalizar los recursos debiendo ser el principio elemental a cuyo firme propósito se pueda priorizar lo más urgente prorrateando cada proyecto de acuerdo con los recursos, siempre que los mismos vayan en procura del avance hacia el progreso de Pichilemu.

(*): Profesor Universidad de Concepción
Nota: Formado en la casa universitaria penquista.

Fotografías: Archivo “Pichilemunews”.