Sábado, 12, Oct, 4:49 PM

Fuente: www.pichilemunews.cl – Por: Ramón Lizana Galarce (*2) –15.09.2024
Pichilemu en sus inicios se concentraba urbanísticamente y en forma muy escasa en los alrededores del Hotel Ross, extendiéndose hasta el Infiernillo por el Poniente y hasta la población Pavez Polanco por el Oriente con construcciones de adobe y de madera preferentemente. La avenida Ortúzar y la calle Aníbal Pinto eran las más recorridas por los habitantes puesto que el comercio se concentraba en esas zonas.
El alcantarillado para transportar las aguas servidas era casi inexistente y por lo mismo dichas aguas eran dirigidas hacia la laguna Petrel y hacia el mar, o bien a los afluentes que buscaban desembocar en el mar como el de Reina del Mar del sector Pavez Polanco, el de El Bajo próximo a la estación de trenes, el que se encontraba entre Ángel Gaete y Joaquín Aguirre y por último los que corrían por la calle José Joaquín Prieto y por el bosque Municipal.
Inicialmente los afluentes se utilizaban para recoger agua y así cubrir las necesidades cotidianas de las casas como preparar alimentos, lavar y regar los huertos.
Eran los tiempos en que el agua ya utilizada se lanzaba a las calles, patios y veredas. Existían norias en las casas y también los habían quienes en carretas y mulas realizaban el servicio de llevar el agua hasta los domicilios, agua que sustraían de las lagunas y los afluentes.
En otro orden de cosas y en relación a las aguas servidas, quienes tenían un mayor poder económico construían pozos sépticos donde depositaban los desechos, problema que se ha extendido actualmente hacia Infiernillo, Playa Hermosa, Punta de Lobos, Cáhuil y Barrancas por el sur y, Reina del Mar, Pueblo de Viudas, Buenos Aires hasta Ciruelos por el sur-oriente que han debido construir sus propios pozos, los mismos que periódicamente deben ser limpiados por camiones aljibes dispuestos para ese propósito.
El crecimiento va a la par con la electricidad, mas no así con el agua potable que precisa de camiones aljibes en forma permanente para abastecer, situación que ocurre desde Punta de Lobos hacia el Sur alcanzando hasta Barrancas y Ciruelos donde las construcciones se han incrementado desproporcionadamente hasta alcanzar las laderas de los cerros.
Hoy en día las aguas subterráneas y aguas servidas que fluyen subrepticiamente contaminan el ambiente, preferentemente los humedales con lo cual destruyen la vida silvestre toda vez que esos fluidos arrastran todo tipo de residuos a esas zonas protegidas.

El problema que se vive actualmente es realmente preocupante. Los avances de esos servicios no funcionan a la par del crecimiento poblacional y lo que agrava aún más la situación son los pozos sépticos construidos sin autorización alguna, contribuyendo a que las capas subterráneas y corrientes (napas) de agua se encuentren totalmente contaminadas. Tal situación se aprecia en el pueblo lacustre de Cáhuil que tiene cubierto al máximo su servicio de agua potable y que clama con urgencia un servicio de alcantarillado a cuyo fin evitar el aumento de la contaminación de las capas (napas) subterráneas que es muy posible que estén afectando la laguna del lugar.
En la actualidad los servicios avanzan lentamente mientras se sigue construyendo desmesuradamente en todos los sectores sin que la Dirección de Obras ejerza su papel para el cual fue creada, permitiendo las construcciones sin fiscalizar adecuadamente y creando problemas irrisorios a los propietarios, induciendo con ello a realizar las obras sin los permisos pertinentes, lo cual conlleva a que las construcciones se realicen sin respetar ninguna normativa del Plano Regulador Comunal, PRC, acorde con la historia del pueblo.

Actualmente en Pichilemu los casi 25.000 residentes permanentes son rebasados por veraneantes que en la época más alta alcanzarían hasta casi los 100.000 habitantes provocando serios problemas con la luz, el agua, la recolección de basura y el servicio sanitario.
Los organismos llamados a atender estos servicios mientras no planifiquen pensando con visión de futuro el problema persistirá ahondando y desembocando en una crisis generalizada afectando a toda la población tanto estacionaria como flotante.

(*1): Servicios básicos: electricidad, agua potable, servicio de alcantarillado y recolección de basura.

(*2): Profesor Universidad de Concepción.
Nota: Formado en esa casa universitaria penquista.

Fotografías: Archivos "Pichilemunews"