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Fuente: www.pichilemunews.cl – Por: Ramón Lizana Galarce (*) – 09.05.2024
Cuando se avecinan nuevas elecciones para el Municipio de Pichilemu resulta paradójico hablar de vientos de cambio toda vez que ya se avizoran rostros repetidos en las pre postulaciones.
A corto plazo estaremos observando en las redes sociales y escuchando en los medios radiales la simpatía con que se expresan intentando cautivar al ciudadano con propuestas y logros que la población no puede menos que aplaudir y vitorear por tan excelentes proyectos.
En paralelo, también hay quienes y por un continuo tiempo, participan activamente en los actos sociales mostrando su mejor rostro y su gran sentido humano con el firme propósito de mantener o bien incrementar su respaldo social. Sin embargo, lo único cierto es que la población votante a aumentado de 7.000 a 18.000 participantes obligatorios aproximadamente y estos en su gran mayoría son personas del exterior que se han asentado últimamente en Pichilemu. Visto de esa manera y en consideración a la diversidad votante deberían los muchos y repetidos postulantes reflexionar cuáles son sus reales posibilidades de alcanzar uno de los sillones municipales.
Lo que sí está claro es que estos servidores públicos están obsesionados con integrar los asientos del municipio porque ello les proporciona status social e ingresos permanentes que difícilmente alcanzarían cumpliendo un trabajo remunerado. Pero claro, cuando se turba la razón y predomina la testarudez es difícil atender la conciencia.
Otra de las características necesarias de evaluar son su formación académica. Dado los tiempos actuales es importante que los integrantes del municipio posean estudios que permitan analizar con propiedad los nuevos desafíos que enfrenta la comunidad.
Claro está que hay muchas personas que poseen vocación de servicio sin poseer los estudios que se necesitan, pero, esta gente está más cerca de hacer un buen trabajo que quienes teniendo mayor preparación resultan ser indolentes al servicio social.
Hasta ahora, cuando ya se han anunciado algunos candidatos oficialmente, sin que la jefatura nacional los ratifique, lo único que queda de manifiesto es que difícilmente se producirán los bien llamados vientos de cambio con personajes que no se han involucrado con el quehacer pichilemino obviando las reales necesidades de este pueblo que deberían prioritariamente concentrarse en recuperar los bienes públicos usurpados y el borde costero tanto para la comunidad como para sus visitantes.
Para ello, es imperioso activar los alicaídos departamentos legales y de obras para que se preocupen verdaderamente de solucionar los problemas de los invasores de la propiedad ajena y pública con el único propósito de ordenar los perjuicios ocasionados a la comunidad.
Por lo tanto, quien quiera ocupar la Alcaldía Municipal, además de las prioridades anteriores, debe racionalizar el Municipio manteniendo los departamentos realmente necesarios y eliminar todo lo que simplemente existe para apoyar el ego de quienes no se cansan de empaparse de narcisismo.
Todo lo anterior es muy simple porque: "una pizca de inteligencia bastaría para mitigar la mediocridad".

(*): Profesor U. de Concepción