Sábado, 18, May, 6:11 AM

Fuente: www.pichilemunews.cl – 01.05.2024
- Desde aquellos “mareros” que deambulaban sacando o extrayendo diversos productos del mar, pasando por los “salineros”, arrieros, los campesinos, ladrilleros, los aguateros, los maestros constructores -carpinteros, albañiles, buzos, boteros, enfierradores, estucadores, los jefes de obras- pescadores, los matarifes (cortadores), las lavanderas, las lecheras, los panificadores, los peones, los cocheros, los peonetas, obreros carrilanos, mecánicos, zapateros, vendedores, cocheros, artesanos, profesores, fotógrafos, mueblistas, oficinistas, obreros, fragüeros, soldadores, gasfíter ….
- En esta ocasión, destacamos algunos detalles que conocimos del maestro constructor, Benjamín Rosales Leiton, con (i).

Podríamos seguir nombrando a muchos otros oficios -desempeñados por hombres y mujeres- pero, creemos que -con ellos- estamos saludando a cada uno en la conmemoración del Día de los Trabajadores.
Como medio de comunicación, los saludamos y relevamos su quehacer, deseando prosperidad, salud y felicidad junto a sus familias.
Junto con ello, en esta ocasión queremos destacar a los maestros constructores -al margen de su especialidad- que alcanzamos a conocer. Y si bien no los vimos a todos trabajar in situ -por estar, a su vez, estudiando- recordamos a unos cuantos que trabajaron en esos rubros de la construcción.
Así aparecen, don Segundo González López, los hermanos Alejandro y Francisco Bozo González, don Ricardo Moreno Moreno, don Augusto Díaz Jorquera, don Benjamín Rosales Leiton, don José Pérez (padre de los hermanos Pérez Llanca), don Efraín Arraño Córdova, Heriberto Pérez, los hermanos Antonio y Rosamel Álvarez Becerra, los hermanos Oscar, Augusto y Aurelio Rojas Vargas, los hermanos Pablo y Jorge Morales Llanca e hijos, Alejandro Galaz González, Rafael Carreño C., Juan Lizana, Gerardo Villar Martínez, Hernán Olivos Vallejos y su padre, Juan González, Marín (padre e hijos), Juan Díaz, Oscar González Becerra y su hijo Roberto, Fernando Vargas, José Puebla Dinamarca, por nombrar solo algunos que están más frescos en la memoria.

Maestro Rosales
Recientemente, después de mucho tiempo, pudimos -tras de intentar vanamente con Patricio- conversar con una de sus hijas, la modista María Loreto para conocer parte de la vida laboral y familiar de su padre.
Llegó casado a Pichilemu, a principios de la década del ’50, con la señora Rebeca Estay Valenzuela, con la cual tuvo 9 hijos: Leonardo Benjamín, Miguel Rafael, Héctor Patricio, Luis Enrique, Elena Patricia, María Loreto, Rebeca Elizabeth y Cecilia del Carmen.
Todos los cuales se desempeñan en diversas actividades, siendo el más conocido -Héctor Patricio- por el rico pan de huevo, y empanadas y otros productos que fabricaban con su familia y, que él vende como trabajador ambulante por más de cuarenta años recorriendo las playas pichileminas.
En efecto, como otros hermanos empezó de niño a vender los productos que -paralelamente a la actividad de su padre- maestro de la construcción-, ayudando a la economía familiar.
María Loreto, con la cual pudimos conversar, nos señalaba que antes de llegar a cuidar la Casa del Bosque -que ha pertenecido a varios propietarios, desde don Agustín Ross en adelante- sus padres estuvieron y primeros hijos estuvieron cuidando el Barco mirador (el ex Salón de Té construido por Ross). Posteriormente, estuvieron viviendo en dependencias de la Dirección de Obras Sanitarias, DOS, en Infiernillo, como cuidadores del Estanque de Almacenamiento de Agua. Y, desde ahí, en el año 1959 se fueron como cuidadores de la Casa del Bosque, que -en ese tiempo- pertenecía a don Jorge Drago.
Don Benjamín que había aprendido el oficio de maestro constructor en su comuna de origen, Teno, poco a poco se fue insertando en el mundo laboral de su rubro y, haciéndose conocido por sus trabajos, responsabilidad, siendo reconocido y tomando diversas obras que -sus dueños- le ponían a la cabeza de sus proyectos.
Según recuerda María Loreto, su padre tomó contratos con el municipio (en la Pista Municipal), en la Casa de Socorros (reparaciones y ampliaciones), en la construcción de la casa del Dr. Basilio Sánchez (actuales dependencias del Juzgado de Pichilemu), entre muchas obras en el tiempo.
Junto con ello, no descuido su labor de jefe de familia y tanto hijos e hijas, aprendieron de los valores inculcados por sus padres.
María Loreto nos contó también, que sus últimos años de vida junto a su esposa, los pasaron en Santiago en un período en que ella los cuido en la casa que arrendaba, mientras ella trabajaba en el taller de una tienda de vestuarios.
Su partida fue el 2005 y 2006, de don Benjamín y señora Rebeca, respectivamente.

Fotografías: Familia Rosales Estay/Archivos “Pichilemunews”/YDD.