Jueves, 21, Nov, 4:25 AM

Fuente: www.pichilemunews.cl – 07.02.2021
- El 11 de febrero de 1978 publicamos en el diario La Tercera, un artículo que titulamos “Descubren un cementerio indígena bajo un conchal de Pichilemu”, el que se refería a un lugar cercano a la Laguna El Perro, frente a ésta en las dunas a metros del mar.
- Días antes, el Hermano Jorge (hoy sacerdote) -que colaboraba en la Parroquia “Inmaculada Concepción” de esta comuna y que servía entonces el recordado cura párroco Enrique Padrós Claret- descubrió algo importante mientras paseaba por la playa.
- Leyes que protegen el patrimonio histórico, como otras, en este caso no se han aplicado ni menos respetado.

Estando en mis vacaciones, tras saludar al Cura Párroco y consultarle por novedades, me contó que en días recientes en una salida a conocer la zona, casualmente el Hermano Jorge había descubierto un cementerio indígena.
Motivado por el hallazgo y mi curiosidad, coordinamos una visita al lugar, distante a unos 8 kilómetros al sur de Pichilemu camino a la localidad de Cáhuil.
Estando en el lugar y cerciorándonos de los restos humanos que estaban medio ocultos a simple vista, no costó trabajo remover la arena y pocos arbustos, para ver que efectivamente se trataba de un cuerpo humano. Y mientras lo fotografiábamos, el Hermano Jorge metros más allá escarbaba en un promontorio que al cabo de pocos minutos descubría otro cuerpo; para enseguida tapar y dejar el lugar como estaba.
La similitud del terreno arenoso, en medio de las dunas descubiertas productos de los aguaceros del invierno pasado fue, según las especulaciones coincidentes, fue el motivo que dejó aquellos entierros de antepasados indígenas casi en la superficie.
Luego de confirmar que, sin duda, estábamos sobre un cementerio indígena, seguimos otros derroteros para al finalizar la tarde nos devolvimos a Pichilemu.
Publicamos el artículo, se terminaron las vacaciones.
Nunca supimos si algún arqueólogo -como si hubo en décadas pasadas, interesado en investigar- llegó por estos lares.
No obstante a que, en los años 2000 se descubrieron nuevos vestigios de civilizaciones enterradas en los sectores próximo al trazado del puente en Cáhuil que estaba construyéndose -pese a cientos de firmas de rechazo a su construcción allí, de habitantes de esa localidad y entregadas directamente en el MOP, por “pichilemunews”- la prepotencia gubernamental las desoyó y salieron adelante con un puente que -según la ley, no cumple con la distancia mínima de la línea de más alta marea- y, por otra parte, hoy todo el borde costero -con sus dunas incluidas- está loteado y un porcentaje importante construido sobre lo que serían cementerios indígenas, entre el sur de Punta de Lobos y Cáhuil.
Cabe preguntarse una vez más, ¿se ha respetado la Ley General de Urbanismo y Construcciones. LGUyC, como otras leyes, que supuestamente resguardan sitios de interés patrimonial e histórico en este y otros casos conocidos?.

Fotografías: Archivo “pichilemunews”/WSG