Fuente: www.pichilemunews.cl – 07.11.2023
- A las (os) más diversos artesanos de nuestra región y particularmente de nuestra comuna los saludamos y felicitamos por su talento y mantener su oficio, como parte de la identidad que caracteriza a cada lugar.
Nuestra comuna -como la mayoría- afortunadamente tiene una cantidad importante de cultoras y cultores de diversas artesanías que, a través del tiempo, han venido visibilizándose a través de ferias donde, con más facilidad, pueden mostrar y ofrecer sus creaciones, sus piezas y/o productos.
Directamente e indirectamente -a través de artículos ya en el diario La Tercera, en las páginas del diario “El Rancagüino”, en el Suplemento “El Promaucae”, el periódico “PICHILEMU” donde hemos destacado el trabajo que realizan. Y, desde el año 2000 a través de nuestro diario electrónico, como también en guías turísticas (2005/2006 y 2006/2007); pero la que más nos llena, es la que -estando, trabajando en el norte grande- nos publicó el diario “El Rancagüino”, en 1983, pocos meses antes de ser desvinculado junto a 9 compañeros de trabajo en el proyecto de la mina La Escondida, descubierta en marzo de 1981 y a la que llegué en octubre de ese año.
Decía que es el artículo que más me satisface porque en él, cuento cómo -primero- llegué junto a mis hermanos a conocer sobre El Copao, el lugar natal de la Mercedes y de la Julia, dos hermanas que provenían de ese lugarejo, a pocos metros de Ciruelos.
Ellas, eran hijas de loceras, nietas y bisnietas de loceras. Tanto hablaban de El Copao que a nuestra edad -de 8, 7, 6, 5 y otros, en la década del ’50- que siempre quisimos conocerlo. No obstante, pasaron muchos años para que ese sueño infantil se cristalizara. Y cuando llegamos nos encontramos con unas pocas casas donde se veían sus tejados, distantes unas de otras y entre pinos y arbustos en las faldas de lomajes que confluían a un estero.
Un poco de desilusión porque en nuestra mente, teníamos alojada la idea de que era un poblado mayor; sin embargo, cuando dijimos aló, aparte del ladrido de los guardianes de casa, salió una mujer secándose sus manos en su delantal ....
La saludamos y, le expresamos nuestro interés de conocer de su labor de artesana. Y su amabilidad fue inmediata: “Como no, vamos a ese ranchito, ahí tengo mi taller …”. Entramos y había diferentes piezas apiladas, listas, en tanto había algunas piezas frescas. Y le hacemos el alcance si esas piezas eran de ese día o anteriores.
Su respuesta no se hizo esperar: “Yo cada vez que tengo un tiempito me vengo para acá. Temprano -cuando no hay que hacer pan y hornearlo- me dedico a mi huerto, riego, desmalezo un rato. Luego adelanto en el almuerzo. Y cuando el sol está pega más fuerte, nos venimos para acá a hacer mis cacharros … “.
Mientras nos mostraba diferentes utensilios: maceteros, fuentes, ollas, platos, nos dice: “Si quiere ¿le termino lo que estaba haciendo?”.
Nuestra respuesta fue instantánea: “Claro que sí, esa era nuestra idea, pero no sabíamos si tendría tiempo para ello …”.
Y antes que termináramos, se sentó en un pequeño piso de paja con un cojín. Lo que aprovechamos para fotografiar y retratarla …. De eso, casi cincuenta años …., fotografías que hemos utilizado en diversas ocasiones.
Artículo que se lo compartimos como un modesto homenaje. No solo a aquellas artesanas -todas en su mayoría gozando del descanso eterno y otras ancianas- sino que también a las artesanas que, años después, en Pañul y Ciruelos, aprendieron a trabajar la arcilla que, durante décadas solo fue materia prima para fabricar artefactos sanitarios.
Hoy, la artesanía de Pañul -gracias a la visión del alcalde Orlando Cornejo Bustamante- prendió sobre todo en su lugar de origen y, gracias al trabajo de sus cultoras y cultores, es apreciada no solo en la comuna, sino fuera de sus fronteras. Más aún, logró su Sello de Origen que le da, sin duda, un plus.
Antiguos
Pero, también, recordamos a aquellos artesanos que utilizan otras materias primas: como las conchitas marinas (figuras decorativas, mosaicos), cochayuyo (figuras decorativas), madera (juguetes, muebles), metales y piedras preciosas (aros, anillos, collares, pulseras), lana (tejidos de mantas, otras prendas), entre otras técnicas.
Fotografías: Archivos “Pichilemunews”/ASG/WSG/Memoria Chilena.