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Fuente: www.pichilemunews.cl – 28.05.2023
- Las piedras tacitas son restos arqueológicos característicos de la zona central de Chile, que habrían sido elaborados por pueblos cazadores recolectores hace más de 10.000 años.
- Aunque se presentan en una diversidad de tamaños y formas, se trata generalmente de una superficie rocosa horizontal y plana, en la que se han labrado concavidades de poca profundidad en forma circular u oblonga.
- Se propone una Puesta en valor de las Tacitas de El Copa al sur de Ciruelos descubiertas hace más de 30 años.

El propósito de esta acción iniciada por el historiador Antonio Saldías es visibilizar estos monumentos, protegerlos y conservarlos, por ser testimonio de la vida en común de los pobladores arcaicos y contribuir a incentivar el respeto y cuidado en torno al patrimonio local, potenciarlas como atractivos arqueo turísticos al que tengan acceso las nuevas generaciones.
La composición en El Copao es un conglomerado de granito, color ocre. Contiene siete oquedades redondas de un diámetro promedio de 18 centímetros. Y una profundidad variable, entre cinco y diez centímetros. En el entorno inmediato no se registran otras piedras similares.
Acerca de lo que representan y/o uso de las tacitas que le atribuyen en el Valle del Encanto es en relación con el espacio celeste. En tanto un descendiente del pueblo Diaguita refiere que sus ancestros realizaban ceremonias en los cuencos en los cuales depositaban agua para que se reflejaran el firmamento. Esto indica que la función de las tacitas tiene que ver con la ritualidad de su cosmo visión.
Algo más común es atribuirle a las tacitas la función de morteros comunitarios donde muelen desde semillas para alimentación como otras especies de hierbas alucinógenas con fines rituales. No se cuenta con resultados de muestras que contengan residuos orgánicos. Existe la teoría de que fueron usados como base de sacrificio de animales y aves por el pueblo mapuche en rituales de carácter medicinal.

El texto difundido recientemente por la oficina de cultura de la municipalidad ha aparecido tras informarse de otro hallazgo en el sector norte de la comuna, dado a conocer por la señal de PichilemuTV, donde consultada una arqueóloga del Consejo de Monumentos Nacionales, señaló que las piedras tacitas -por solo el imperio de la Ley referida a monumentos naturales- están protegidas y resguardadas.
No obstante, la ley dice una cosa -pero en la práctica- la realidad en varios casos indica que ni los monumentos declarados nacionales, históricos, naturales -son prácticamente letra muerta- porque no son respetados, u son ocultados, a fin de desarrollar proyectos inmobiliarios, proyectos mineros, etcétera.
Es por ello, que, ante hechos concretos que han ocurrido en nuestra comuna, donde terrenos en que antiguamente existieron asentamientos de habitantes de épocas pasadas, han sido loteados totalmente, como es el caso de todo el sector costero que va entre Punta de Lobos y Cáhuil, en una longitud de casi seis kilómetros; la Fundación Cultural Región de Colchagua -a la que pertenece Antonio Saldías- ha emprendido una destacada labor para poner en valor las impresionantes piedras tacitas de El Copao, al sur de Ciruelos. Estos antiguos restos arqueológicos representan un valioso testimonio de la vida de los antiguos pobladores cazadores recolectores de la zona central de Chile.
Y, por ello -dice una nota- enviarán una misiva al Consejo de Monumentos Nacionales para que tome conocimiento de estos restos arqueológicos y se les incorpore a sus registros. Estas gestiones buscan fomentar el respeto y cuidado del patrimonio local, así como generar oportunidades para el turismo cultural y enriquecer el conocimiento histórico de la región. El vicepresidente Saldías, además, ha estado trabajando en colaboración con la municipalidad de Pichilemu para que este lugar sea puesto en valor como parte de alguna futura ruta turística.
Es importante reconocer la importancia de preservar nuestras raíces culturales para las generaciones presentes y futuras. El pasado ancestral de El Copao merece ser conocido, respetado y admirado como parte esencial de nuestra identidad como pichileminos, colchagüinos y chilenos.

Fotografías: Municipalidad de Pichilemu